miércoles, 28 de marzo de 2012

Zona Galáctica Habitable (GHZ), un tema polémico y bastante disparatado.


En este momento, tengo la sospecha personal de que el universo no sólo es más extraño de lo que suponemos, sino más extraño incluso de lo que somos capaces de suponer
-John Burdon

El humano, ser curioso, ha volteado al cielo desde los inicios del tiempo, al menos el tiempo que él ha conocido, se ha sentido pequeño ante la inmensidad del espacio, se ha maravillado de los secretos que calla y también, se ha sentido solo. ¿Cuántos de nosotros no hemos elevado nuestra vista con incredulidad pensando “¿habrá algo más?”? Porque al final de todo ¿qué hace tan especial a la vida que haga tan difícil que ocurra en otros lugares? ¿qué diferencia a la tierra de ello?
De acuerdo a la Real Academia Española, la vida es definible como la fuerza o actividad interna sustancial mediante la que obran los seres orgánicos, ahora bien, debemos ser conscientes del grado de complejidad requerido para que esto suceda, se necesitan átomos, que formen moléculas, que finalmente compongan una célula; un aparentemente simple organismo unicelular necesitó de una organización interna asombrosa, y lo es porque parece casi una excepción a la regla, o en este caso a la segunda ley de la termodinámica: La entropía o “Ley del caos”, que nos dice que todo en el universo tiende al desorden… mi cuarto es claro ejemplo de ello.
Habiendo entendido lo anterior, quiero enfocarme en los requerimientos que tendría un lugar para ser habitable, lo cual, quiero aclarar, no significa lo mismo que estar habitado. Más específicamente quiero hablar de nuestra galaxia: La vía Láctea y de los sitios que, gracias a sus características podrían resultar aptos para albergar vida en ellos.
¿De qué está hecha la tierra? Mayormente está compuesta de silicatos, oxígeno, Aluminio, hierro y Magnesio entre otros. Esto nos lleva a pensar que para la existencia de un planeta similar al nuestro, debe de localizarse en un sistema planetario con un nivel de metalicidad relativamente alto, es decir, que tenga un contenido de materiales más pesados que el Helio, de modo que se vea favorecida la formación de planetas rocosos y no gaseosos como los exoplanetas llamados “Jupiters supercalientes” cuya masa es tan grande que provocan una gran atracción gravitatoria a objetos cercanos de menor tamaño.
Existen también otros factures que requieren de análisis para la comprensión de este tema, uno de los cuales es el peligro de la radiación, principalmente del tipo de rayos gamma, x y ultravioleta, que podrían afectar el desarrollo de vida, motivo por el cual debemos cuidar la cercanía a estrellas viejas propensas a colapsar en una supernova que genere además de una expulsión de materia, la emisión de este tipo de radiación durante el proceso, es decir, la zona idónea para un planeta similar a la tierra es aquel donde hay más estrellas jóvenes, principalmente en la llamada “Secuencia principal” o niñez de las mismas, etapa donde actualmente se encuentra nuestro sol.
Supongamos que creamos nuestro propio planeta, son libres de nombrarlo como quieran, el mío se llamará Veniversum. Ya lo hemos concebido como un planeta sólido y lejano a potenciales supernovas, ahora, entendiendo que un sistema planetario se forma entorno a una estrella, debemos tener en mente su localización, pues, dependiendo del tamaño de la estrella será determinada la zona  cuya temperatura sea considerada como idónea, es decir, que no caiga en excesos, ni en un lugar tan caliente como Mercurio en nuestro sistema solar, ni en uno tan frío como Neptuno, sino en un lugar con mesura, la conocida coloquialmente como zona “Ricitos de Oro”
Asumimos gracias a la relación de presencia de Hierro con otros elementos la posible formación de sistemas planetarios y es curioso notar que esta relación esté más asociada al centro de la galaxia donde la formación de estrellas es mayor y también lo es la relación de aumento de metalicidad, motivo por el que nuestra “Zona Galáctica habitable” además de lo anterior difícilmente se encontrará a las afueras de la galaxia.
Al discutir  la  llamada “evolución química” resulta conveniente dividir a la Vía Láctea en cuatro componentes principales: Disco delgado, disco grueso, bulbo y halo. El disco delgado es, para este tópico el más importante, ya que dentro de él hay una formación importante de estrellas y a diferencia del disco grueso, tiene un alto nivel de metalicidad. Pero debemos tener en cuenta que estar demasiado cerca al centro trae con ello una densidad estelar que resultaría perjudicial, esto es dentro de un radio de aproximadamente 2.5 Kpc al centro de la galaxia.
Es un requisito indispensable para la formación de planetas terrestres, la abundancia de radioisótopos. El calor resultante del decaimiento de estos isótopos radioactivos se piensa como la fuente primaria de calor interno en los planetas. Los radioisótopos más importantes para  ello son Potasio 40, Torio 232, y Uranio 235.
 Aplicándolo a nuestro planeta. Veniversum tiene gran fuerza interna, como consecuencia de los elementos en decaimiento radioactivo en su interior, que liberan paulatinamente una gran cantidad de energía, la cual no puede ser contenida y se libera en forma de calor y radiación , paulatinamente esta se abrirá paso entre las distintas capas conformantes de nuestro planeta, formando así distintas placas craqueladas, que hagan posible un movimiento telúrico, a través del cual, energía y materia del interior de nuestro planeta, saldrá al exterior.
Recapitulemos un poco: Un planeta con cualidades para ser habitado, no necesariamente lo estará, del mismo modo que un sillón cómodo no siempre tendrá una persona sentada en él, es importante que exista metalicidad para la formación de un planeta no gaseoso,  y a su vez tiene que estar lejos de posibles supernovas, se debe de encontrar en una zona de temperatura agradable y contar con elementos radioactivos en su interior que lo ayuden a generar una tectónica de placas, la producción de una atmósfera  propiciará reacciones que podrían o no generar vida.
Pese a las desventajas y limitaciones que trae el poner parámetros tan similares a los encontrados en la tierra es un tema que desata la polémica y la curiosidad de las personas, además de que toda suposición probabilística al respecto se basa en datos más bien arbitrarios, pero la pregunta es ¿Hay en nuestra galaxia algo así?, la respuesta es sí, y se encuentra en un radio de ocho Kiloparsecs o lo que es lo mismo: 260928 años luz  a partir del centro de la vía Láctea ¿Entienden las implicaciones dimensionales de eso? Nos encontramos en un momento donde el entendimiento humano ha alcanzado conocimientos que pese a ser insuficientes, no dejan de asombrarnos de un universo al que no entendemos.
Seamos pues curiosos de ello, porque si observamos un poco, nos daremos cuenta de que nuestra realidad supera con creces la propia imaginación.

Bibliografía consultada:
  The Galactic Habitable Zone: Galactic Chemical Evolution.
-Guillermo Gonzales  y Donald Brownlee
  The Galactic Habitable Zone and the Age Distribution of Complex Life in the Milky Way
-Charles H. Lineweaver, Yeshe Fenner, Brad K. Gibson
  A Model of Habitability Within the Milky Way Galaxy
- M. G. Gowanlock, D.R. Patton and S.M. McConell
  On the “Galactic Habitable Zone”
-Nikos Prantzos
  Presentaciones de Astrofísica, Taller de Ciencia para Jóvenes 2011 INAOE, Puebla
-Ana Torres
  Astrobiología: Del big bang a las civilizaciones
-Guillermo A. Lemarchand y Gonzalo Tancredi

NOTA: LA INFORMACIÓN AQUÍ PUESTA SE BASA EN EL TRABAJO DE OTRAS PERSONAS, NO SE DEBE TOMAR NADA DE ELLO CIEGAMENTE COMO CIERTO. Se recomienda leer críticamente, las personas cometemos errores, está en nosotros saber discernir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario